Abd-el-Krim

Así…sin analizar, exclusivamente,  un enemigo.

En realidad una tragedia de colosal proporción

Fueron,  de militares y políticos los malos criterios

Que llenaron de hombres los hospitales

y lo que es peor, hasta los cementerios

Posiblemente, sin ninguna razón.

Hace ahora dos años, prometí traer a este rincón de este vuestro mundo virtual algunos personajes de nuestra historia, para con ello y al comentar sus vivencias en este mundo poder ofrecerles, alargando su memoria, un poco más de permanencia entre nosotros.

Sigo empeñado en ello.

Son ya algo más de cincuenta, y  con  que  solamente  a uno de ellos, hayamos  conseguido entre todos ampliar algo más su recuerdo, estará cumplida mi expectativa.

Sin embargo, el personaje de hoy es distinto a todos los demás.

Se trata de alguien que con su evocación trae a nuestra memoria hechos  sangrientos y luctuosos, tristes en una palabra, que sucedieron a nuestro pueblo todavía no hace cien años.

Su recuerdo aquí, ha de servirnos exclusivamente, para entender que aquella afirmación tan repetida, de que no existe efecto sin causa, no solo es cierta, es auténticamente, una verdad eterna.

Siempre pido esfuerzos de imaginación para tratar de comprender algunos personajes  antiguos, hoy casi no es necesario, son, dos, tres generaciones anteriores a la actual. Pero, aunque parece que no, el mundo era distinto, casi podríamos decir, que  muy distinto.

Se ha producido otro Renacimiento, a finales del XVIII.

Este, a diferencia de aquel otro del siglo XIV, no tiene correlaciones artísticas, es otra cosa, aunque naturalmente tiene como aquel su efecto, que es cambiar la sociedad, pero en este caso a diferencia del anterior, el cambio va a ser ahora mucho más radical.

Es el comienzo de la Edad Moderna

En este cambio del XVIII,  al que hasta podríamos ponerle el nombre de “milagro social”, lo que ocurre, a diferencia de cualquier otro de los producidos a lo largo de la historia de la humanidad,  es que en este, se va a producir un cambio de las sociedades, inmensamente más profundo.

El fenómeno se llama: – Industrialización –  me gusta más llamarla así.

Se inicia en Inglaterra, y si me demandáis un iniciador o fulminante, podría asegurar que fue la invención de la máquina de vapor.

Curiosamente, inventada por un español, ahora casi desconocido. Se trata de Jerónimo de Ayanz y Beaumont, un militar navarro de tiempos de Felipe II.

Como siempre, las causas de estos grandes cambios sociales son muy discutidas, puesto que influyen en ellas multitud de factores. Hasta religiosos se barajan en este, en relación al concepto que se tiene en los países protestantes Inglaterra y Alemania, del trabajo, como bien y valor fundamental del hombre, en contraposición a los países católicos Italia, España y Portugal, donde se considera como un castigo que dimana del pecado original.

Sea como y por lo que fuere, el caso es que durante el siglo XIX se van a conformar las grandes potencias europeas, Francia, Inglaterra y Alemania.

Y en estas condiciones geopolíticas la humanidad recibe alborozada la llegada del nuevo siglo XX,  ajena por completo a las catástrofes que ocurrirán en él.   Nada menos que  dos guerras mundiales.

Nunca los ojos de los poderosos son solamente curiosos, ni por supuesto inocentes y los fijan en aquellos momentos prácticamente todos, en territorios que circundan el Mediterráneo. Efectivamente no es curiosidad, son materias primas y estrategia. Buscan ahora los poderosos del momento, que naturalmente son los más industrializados en las costas de África, mano de obra barata, productos minerales y puntos logísticos.

Han pasado solo seis años del comienzo del siglo, es el año  1906  y en la pequeña ciudad de Algeciras se reúnen prácticamente todos los países civilizados del momento, hasta catorce. Se discute, se negocia, hay opiniones de todo y para todo, aunque en el fondo, la cuestión es el reparto de unos territorios.

Lo había iniciado Francia con la ocupación de Argelia en 1830, y ahora en Algeciras, Inglaterra ve con buenos ojos que Francia y España se repartan en forma de Protectorado el territorio de Marruecos, en tanto que se le dejen manos libres a ella en Egipto.  Pero he aquí que Alemania tiene sus recelos, ya que no consigue ningún puerto en el Mediterráneo que atenúe la importancia estratégica de Gibraltar, y comienza a sentir su marginación ante la complicidad de Inglaterra y Francia.

 ¿Podrá ser este el embrión de las guerras mundiales?

¿Pero, por otra parte, como va  Inglaterra, ayudar en algo a España?

Imposible.

Desde luego que no. Naturalmente, lo que trata es  simplemente,  que la otra orilla del Estrecho no se encuentre  en posesión de ninguna gran potencia.

¿De España?

Bueno, eso no importa…

Ya que también, no se puede discutir el hecho evidente de que desde hace quinientos años, en  1560,  existen dos plazas de soberanía españolas en esa costa, las ciudades de Ceuta y Melilla.

Cierto que nosotros, España en aquellos momentos significábamos muy poco en el concierto europeo. Nuestra situación política y social no era buena, y nuestra economía estaba a niveles muy inferiores a la del resto de las potencias. Tampoco la moral como pueblo colonizador era alta, acabábamos de perder hacía muy pocos años nuestras dos joyas coloniales Cuba y Filipinas y soportábamos hacía bastantes años  con las guerras de África, una infernal condena.

Pero la política hace milagros…

Y uno de ellos se llevó a efecto… Francia y España, se pusieron de acuerdo,

Esto del Norte para ti, y esto más al sur, para mí.

Y en 1913, un ejército español con 50.000 hombres ocupa el territorio que le había correspondido a España en el reparto.

Lo nuestro, la zona del Rif y Yebala.

Bien es cierto, que nunca llegaremos a conocer la verdad completa de porque Francia nos cedió esa zona para ejercer sobre ella nuestro protectorado. Pudo ser, por el hecho de que en ella estaban enclavadas nuestras ciudades de soberanía, o por presiones inglesas que no deseaba tener en la orilla opuesta de Gibraltar a Francia,  incluso podemos pensar que se conocían, y hasta se temían, las características del pueblo rifeño… Nunca sabremos la auténtica razón.

Cierto que es difícil ocultarle al pueblo lo que venía ocurriendo en África desde hacía  muchos años.

Era en 1859 cuando había comenzado todo. Ahora en Noviembre de de 1912 cuando comenzaba nuestro Protectorado hacía más de 50 años.

Efectivamente, en principio los rifeños venían incordiando en pequeños grupos nuestras ciudades de soberanía, plazas que durante mucho tiempo España tenía dedicadas simplemente a   “ciudades prisión” y custodiadas por tropas militares.

En ese año, un grupo de incontrolados atacan posiciones españolas y por tanto a nuestros militares, y España exige al Sultán el castigo de los culpables.

Reinaba entonces Isabel II, y el Gobierno era de Unión Liberal que presidía el General O´Donnell, y desde luego no se puede decir que gozara de mucha estabilidad.

Resulta, que no se recibe respuesta ninguna a nuestra petición.

  • Imposible consentir esta tremenda afrenta.
  • Y es el propio General O´Donnell, quien propone a las Cortes la declaración de guerra a Marruecos, y las Cortes por aclamación lo aprueban, en un auténtico estallido de patriotismo, y lo firma la Reina.

Se organizan centros de reclutamiento en todas las ciudades, aunque destacaron las de Cataluña y el País Vasco, aunque fue Navarra la que más voluntarios mandaría.

 ¡ Santo cielo, qué cosas ¡

 No lo podemos remediar, siempre hemos sido así.

Aquella guerra, podríamos decir casi inventada.  Pues sí, la ganamos.

Los leones que adornan la puerta de Las Cortes, en la Carrera de San Jerónimo en Madrid están fundidos con los cañones del enemigo, y las tropas a su vuelta, acamparon en unos terrenos al Norte de la Capital, y como tardaron en desfilar, se dispusieron puestos de comida primero, comercios y viviendas después, dando lugar a lo que es actualmente Tetuán de las Victorias, y de ello el nombre del Barrio.

1

¿Los beneficios de la victoria?

Inmensos.

Nos fue reconocida nuestra soberanía sobre las islas Chafarinas, que posiblemente ninguno sepáis ni donde están, de hermosas que son.

Pero eso sí, el general O´Donnell fue nombrado Duque de Tetuán, y  Marques de los Castillejos el General Prim.

¿Consecuencias?… pues con un poco de imaginación es suficiente.

A los pocos años, en 1894 otra guerra, esta se llama Guerra de Margallo por ser este el nombre del Gobernador en aquel momento de la ciudad de Melilla. La guerra ahora ya no era contra Marruecos, eran las fuerzas rifeñas las que encolerizadas contra nuestras tropas por la posesión de los terrenos colindantes a la propia Ciudad de Melilla atacaron a la guarnición.

Se rechazó el ataque y posteriormente al realizarse fuego de artillería, la mala suerte hizo que uno de sus disparos alcanzara una mezquita… y naturalmente fue declarada la yihad o guerra santa en todo el territorio.

Ataques, resistencias, contraataques, defensas, de todo, pero sobre todo, muertos, muchos muertos. Hasta el propio Margallo. Pero eso sí,  tienen un Panteón propio con su nombre en el cementerio de la Purísima Concepción en Melilla.

Otras dos laureadas como máximo galardón del Ejercito Español a Juan Picasso y a Miguel Primo de Rivera.

En este caso, se puede decir que el resultado final de la contienda fue de empate.

El general Martínez Campos la concluyó firmando un Tratado de Paz con el Sultán de Marruecos.

Pero han pasado solamente 15 años, y comienza otra guerra.

Y con esta, ya son tres…

Estamos en 1909, y las circunstancias ya  no son las mismas, ni mucho menos.

Los rifeños no respetan nuestro Tratado de Paz con el Sultán, por el hecho de que tampoco lo respetan a él, ni naturalmente su autoridad como ha ocurrido siempre, y atacan a los obreros que realizan las obras de un ferrocarril, que ponía en comunicación las concesiones mineras del interior con el puerto de Melilla.

Son tantos los efectivos necesarios para enviar a África que  con los remplazos anuales no es suficiente y han de llevarse “reservistas”, lo que conmociona la sociedad, que ya por otras muy diversas causas se encontraba bastante convulsa.

Los acontecimientos militaristas ahora en esta guerra, son de mucho mayor calado.

Copio literalmente de Internet el criterio de uno de sus Generales:

Lo que comenzó siendo una mera operación de policía, y así se quiso venderse a la opinión pública, que solo habría necesitado unos 3.000 o 4.000 soldados, había terminado por convertirse en algo mucho más importante que necesitó la llegada de la península de 29.000 soldados. Todo ello para hacer frente a un enemigo que no sobrepasaría los 1.500 combatientes. >

Quedaron grabados para siempre ya desde entonces en el subconsciente de los españoles, nombres como  – El Barranco del Lobo –  o  – El Gurugu – y algunos otros  que aún conmocionan y conturban los espíritus de los más mayores.

Muchas, muchas bajas, demasiadas…

Tienen todas también, eso sí,  un departamento con nombre  propio en el cementerio de Melilla.

Y en estas condiciones, como veíamos llega 1913 y ahora ya bajo la protección de los Tratados Internacionales, se ocupa con un ejército de unos 50.000 hombres nuevamente el territorio marroquí.

¿Engaño, falsedad, equivocación, o simplemente intereses?

El hecho es que estamos otra vez en África, y esta vez el pueblo español es nuevamente engañado, al considerar que amparados por esos Tratados Internacionales, va a suponer ahora,  la simple ocupación más o menos pacífica de unos territorios.

Pero la realidad es otra y absolutamente distinta.  Puesto que a los rifeños, las potencias, los Tratados  y hasta el Sultán,  les importan un carajo.

Son efectivamente, “milagros”  lo que hace la política, pero son necesarios  para realizarlos, mentiras, olvidos y deslealtades… en fin, son  tantas cosas, y todas  tan indeseables las que se necesitan que…

Estamos ahora, con todas las bendiciones internacionales y con  el beneplácito del gobierno marroquí, en el territorio de lo que ha de ser nuestro protectorado.  Y comenzamos a regar dinero… administración, cultura, obras públicas, enseñanza, transportes, y hasta formamos  tropas indígenas bien pagadas y las entrenamos.

Bien, pues para los rifeños, solo seguimos siendo el enemigo a batir.

Sigue nuestra ofuscada política vaciando las arcas nacionales, de dinero y de hombres, y solo nueve años después se va a producir la catástrofe.

Es, el tan conocido  – Desastre de Anual -.

Más de 30.000 bajas españolas entre muertos y heridos. Y un hombre al frente de todo  ello.

Abd-el-krim.

Pero con la aparición de nuestro protagonista, permitidme un inciso.

Me gustaría que compartierais conmigo algo muy particular. Es uno de mis más entrañables recuerdos de juventud. Y hasta posiblemente consista en dejaros entrar en uno de los más entrañables claustros de mis recuerdos personales

Se trata de la huella que dejó en mi memoria las conversaciones con una persona muy querida.

Era mi abuela Lorenza.  Una madrileña, guapa y desenvuelta que mantenía con sus 80 pasados una apariencia distinguida, en la que siempre sobresalía, o al menos yo siempre tuve esa impresión, aquel  diario, significativo, y cuidadoso  arreglo, de su natural, abundante y luminoso  pelo blanco.

Mujer instruida, aunque sin estudios, pero que conservaba a su avanzada edad, una más que discreta elocuencia y una memoria prodigiosa.

Falleció en la década de los 70, con los 80 muy pasados.  Es decir que debió nacer sobre 1880 aproximadamente. A este respecto de su edad, recuerdo que siempre decía: Me casé el mismo día que Alfonso XIII, – pero desde luego con menos ruido.-  Podía pensarse, por lógica que se refería al boato de la ceremonia, pero luego aclaraba, sonriendo… que en su enlace afortunadamente no hubo atentado anarquista.

Recuerdo muchas de sus frases, haciendo alusiones precisamente sobre  este tema de África:

Si me lo permitís, los sacaré a la luz, ya que tienen según creo:

– La expresividad de lo vivido, la sinceridad de lo natural y la realidad de lo espontaneo –

Decía ella…

 –No, desde luego que no era frecuente, y menos si lo firmabas con nombre de mujer, pero yo mandaba algunas veces mis impresiones en forma de artículos al periódico que diariamente leía – El Liberal -.

  -Y en ocasiones me publicaron alguno…

Me acuerdo ahora de algunas de sus frases…

Aquella tarde había salido a la calle Atocha, para ver bajar desfilando hacia a Estación a tantos hombres…

-Y como todas ellas, yo también lloré.

-Eran todas, desde la niñas de las primeras filas buscando el rostro del padre, las jóvenes y menos jóvenes, y hasta las ancianas que sin mirar ya con los ojos secos de lágrimas, sollozaban pensando como sus hijos eran enviados a la muerte.

-Vi pasar hombres de todas las edades, desde rostros juveniles  hasta hombres con barbas encanecidas.

–  Y…Decía yo, en el artículo aquel…

Pero, por Dios, ¿Valen aquellas miserables tierras el precio que pagamos por ellas?

– No puede pagarse más, es el  capital más preciado de cualquier país…

 – ¡Son sus hombres!

 -Y no estoy haciendo ahora yo, más que repetir lo que ya hace veinte años decía mi madre, Doña Dominica, en este mismo sitio y ante  las mismas circunstancias…

 -¿Pueden los políticos estar tan ciegos…?

Siempre, llegando a estas alturas del relato, aparecían las lágrimas en sus ojos, y con cierto estremecimiento afirmaba una y otra vez…

 -Luego, vino lo peor… ¡ El desastre de Anual ¡ Dios mío… ¡ Que horrible ¡

Y siempre un nombre, el mismo y repetido tantas veces,  que yo entendía siempre mal… Abd-el-Krim… Abd-el-Krim…

Posiblemente sea este, de los tantos cariñosos recuerdos que de ella tengo, el más tangible de su persona y de su paso por este mundo.

4

Resulta que hoy, por esas extrañas coincidencias que depara la vida, es precisamente nuestro protagonista aquel personaje que tanto nombraba ella.

Reconozco no haber leído tanto como quisiera sobre este tema, pero a poco que se profundice en él, saltan a la vista múltiples factores desencadenantes de tales atrocidades y desgracias, agrupados prácticamente todos, en un factor común: una administración política que habría  que calificar de – desastrosa -.

Aunque las causas directas de la espantosa catástrofe serían tres.

Primera, el carácter de indomable independentismo de pueblo rifeño, que no debe llamarnos demasiado la atención, puesto que solo aproximadamente cien años antes, nos comportábamos nosotros de la misma manera con otro invasor, también del Norte….- el francés -.

Segundo, que las tropas indígenas armadas y entrenadas por nosotros cambiaron de filas y se pusieron al lado de los rifeños.

Y tercera que posiblemente sea la más triste.

¿Cómo es posible que a un general, al que se le suponen ciertas nociones de táctica militar, se le ocurra guarnecer un inmenso territorio prácticamente desértico,  que ha ocupando con sus tropas, precisamente  con puestos de unos 20  hombres llamados “blocaos”, sin agua, y separados por 20/30 kilómetros unos de otros?

Pues así se hizo.

Abd-el-krim fue el personaje que supo aprovechar una situación de pánico general, equiparable en sus consecuencias al abandono precipitado de una muchedumbre enloquecida de cualquier  local en llamas.

Un rifeño de no muy aclarada biografía.

Hijo de un – Cadí – es decir un juez de una de las cabilas rifeñas, la de Beni Urriaguel, con fama de ser de las más agresivas.

Estudia bachillerato español en Melilla y posteriormente en Fez, Derecho Islámico. Pasando después de los estudios a la Península para completarlos en la Universidad de Salamanca.

Contratado como traductor de árabe por la Administración española, por la Oficina Central de Tropas en Melilla.

Durante el desarrollo de la Primera Guerra Mundial, un tribunal francés lo encuentra culpable de colaboración con los alemanes y es encarcelado. Aunque logra escapar para convertirse desde ese momento en el más importante dirigente del movimiento rifeño anticolonialista.

Su primera victoria, efectivamente consistió en arrasar prácticamente, más de 130 puestos de guarnición, los “célebres” blocaos, que fueron literalmente aniquilados por las columnas de tropas rifeñas, lo que desató el terror incontrolado y con él, el desastre.

Tal llegó a ser la derrota, que él mismo proclamó la Republica Independiente del Rif, que tuvo una duración de unos dos años.

Con  el desembarco en Alhucemas, en 1925 acto que realizó precisamente el entonces ya, General y Presidente de Gobierno con aquiescencia del Rey, Don Miguel Primo de Ribera.  Circunstancia esta, que pudo suponer para la población en general, la satisfacción con que se vio la llegada de Dictadura que  encabezó, al pacificar  todo el territorio.

2

Abd-el-Krim, se entregó al ejército francés y lo deportaron a un penal que mantenía Francia en la isla de Reunión cercana a Madagascar.

Nunca fueron atendidas por Francia las repetidas peticiones españolas de extradición, hasta  que 1947,  Egipto le dio asilo político, donde murió en 1963.

Creo, que debe ser así de sucinta su biografía para nosotros, no ha de ser recordado con más amplitud, ni por supuesto tampoco los autores de aquella tragedia.

Sus posibles responsabilidades, han quedado diluidas en el tiempo y así hay que entenderlas, con más pena que rencor, pues por supuesto, hemos de entender que no fueran llevadas a cabo con ninguna mala intención.

Aunque si ha de quedar una idea en nuestra mente, que está muy bien representada en aquella tan conocida frase, que al menos yo manejo tanto:

 -Siempre a los Cielos, han sido más los enviados que los llamados-

Y otra, aunque esta me gustaría no tener que resaltarla, pues denota  nuestra condición de españoles.

Todo en aquellos acontecimientos fue indeseable y nefasto. De acuerdo.

Fueron errores, desaciertos, falsedades, negligencias, imprevisiones y hasta torpezas. Pero una cosa si hubo cierta. La señalan todos los historiadores y estudiosos de la situación, nadie la niega.

Los hombres de un Regimiento de Caballería, el de Alcántara recibieron la orden de proteger aquella… no retirada, desbandada.

Y nadie, nadie niega su heroísmo. En distintas y continuadas cargas de caballería, dicen las crónicas que hasta siete, incluso cuerpo a cuerpo, murieron prácticamente todos. Quien primero la mandaban, luego los tenientes, los alféreces después, los veterinarios, el médico  y hasta el cura, los herradores y hasta los muchachos cornetines de órdenes

Salvaron con su sacrificio miles y miles de vidas de sus compatriotas.

Todos lo sabemos, está ampliamente referenciado y comprobado…

Pasaron muchos años, nadie dijo nada. Y un día se propuso concederles la Cruz Laureada Colectiva…

Había comenzado el expediente hacía muchos años, y se volvió a poner en marcha, justo en el 2010.

Era Ministra de defensa Carmen  Chacón del gobierno del Sr. Zapatero.

Con un mínimo de buena voluntad, el momento era muy bueno. Casi cien años… mucho tiempo, era justo y podía ser la ocasión…

Pues la Señora  Chacón dijo que no. ¡Que pena! Ya que cambió el Gobierno y se les concedió.

Honor, honor a nuestros héroes y mil veces honor

    Y aunque seamos españoles, a todos, por favor

          Aún a los que no sean de nuestro color

 

 

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