Edgar Neville

Un personaje genial.

Un convencido seguidor del poeta Horacio y de su famosa declaración: “carpe diem”, o lo que es lo mismo…….. – aprovecha el día –  que hizo de su vida una  armoniosa combinación de talento, elegancia y simpatía.  

En verdad, una figura brillante, con ingenio, humor y un portentoso sentido del humor.

-Joven, guapo y con Bugatti, así era Edgar Neville en los años veinte, un raro ejemplar en medio de aquella España en alpargatas-.  

Es una muy buena definición que hace de él, un magnifico periodista Manuel Vicent, y se trata de una instantánea que lo define con la verdadera y auténtica realidad de ese momento.

Faltaban solo tres días para que hubiera sido un hombre del Siglo XX.

Nacido en Madrid, el día de los Inocentes, 28 de Diciembre del último año del XIX, – 1899 -.  Y por supuesto en el seno de una familia adinerada, como lo fue él durante su existencia

Terminó los días en este mundo a los 68 años, y en plena primavera como dijo Mingote, – para que sus amigos no estuvieran incómodos en el entierro – y su humanidad es difícilmente olvidable aun en este país olvidadizo y cruel.

Diez años ya. Parecen muchos. Pero la memoria, curiosamente, se aferra al dibujado recuerdo de Edgar. Se nos fue. Pero no se nos emborronó.

Es así como se le recuerda en una nota el Diario l-El País – en el año 1977, nada menos que  a los diez años de su fallecimiento.

Era un hombre de cine, indudablemente.

Lo avalan 40 guiones y 28 películas que demuestran una actividad no muy común teniendo en cuenta los atribulados y cruentos  momentos que le tocaron vivir, aún sin vinculación ni adscripción política conocida alguna.

Parece ser que su único propósito y objetivo conocido, consistía en disfrutar de su propia existencia libre de prejuicios y convencionalismos.

Pero sobre todo, una de esas personas a las que, al limón que parece que a todos nos entregan al nacer, él supo sacarle absolutamente todo su zumo.  Posiblemente esta pueda ser una buena definición de un “Bon vivant”, efectivamente, ya que define la manera con la que entendemos la permanencia en este mundo de aquellos que han “exprimido” la vida hasta sus últimas gotas.

Posiblemente algunos podáis extrañaros de su inclusión en esta tribuna considerando que sus merecimientos no sean suficientes como para figurar en ella.

Es posible, lo comprendo pero no lo comparto, y es por ello que trataré de argumentar mis razones para haberlo incorporarlo aquí.

Efectivamente, una persona como él, que ha permanecido en este mundo el tiempo que le ha sido concedido, viviendo desahogadamente y sin escasez ninguna por el hecho de haber nacido en el seno de una familia adinerada, no es suficiente mérito.

Bien.  Aun así, pensemos cuantos otros, tantos como miles y miles en esas mismas condiciones han pasado por este mundo a lo largo de los siglos. Todos los conocemos,  y hasta podríamos agruparlos para su identificación, en tres grupos:

Primer grupo.- Los que han nacido en una familia acaudalada y que con una vida desordenada y anárquica han malgastado su fortuna sin ofrecer a la humanidad nada a cambio.

Segundo.- Aquellos otros que también procediendo de una familia opulenta, se han preocupado exclusivamente de aumentar sus recursos materiales, incluso algunos de ellos viviendo en unas condiciones no demasiado holgadas, para que indefectiblemente, un descendiente directo años después, entre a formar parte del primer grupo.

Tercero.- En este grupo encuadraremos exclusivamente aquellos otros que de una u otra manera han disfrutado de los abundantes bienes heredados y  les han preocupado muy pocas cosas más, y por tanto, sin destacar en nada que merezca recompensa alguna.

Pues bien, a ninguno de esos tres grandes grupos, que reúnen a grandes rasgos  a todos aquello mortales que no han tenido que  trabajar para sobrevivir, por aquella imprecación bíblica de ganarse el pan con el sudor de la frente. Y digo,  rotundamente, a ninguno de estos grupos, perteneció nuestro protagonista.

Lo definió  muy bien un historiador, escritor y hombre que también ha dedicado toda su vida al cine. Jesús García Dueñas, en una conferencia que impartió en El Escorial durante la celebración de un curso de verano diciendo:

Neville, que poseía el título de Conde de Berlanga de Duero, era  “un vago que no paró de trabajar”.

Esa posiblemente, sea la gran verdad de nuestro personaje.

Disipado, gastoso, incluso despilfarrador, escéptico, descreído y verosímilmente agnóstico,  alegre y optimista y hasta  posiblemente juerguista, pero sobre todo, un trabajador.

Eso sí, solamente en lo que le gustaba.

Y se podía permitir esta exclusividad en función de su situación económica.

Era un apasionado de la propia vida, únicamente de ella y de sus complacencias.

Y la aprovechó, disfrutándola plenamente, con elegancia, delicadeza, simpatía y también sobre todo con talento.

Sobre todo eso, TALENTO. Que tanto se echa en falta de alguna manera, en los grupos anteriormente descritos.

Puede ser que hasta tengamos que admitir como cierto, y esto es exclusivamente una reflexión personal, aquello célebre atribuido a Confucio de que:

-“Descubre una cosa que te guste realizar y no tendrás que preocuparte en  trabajar ni un solo día más de tu vida”-

Se ha escrito tanto y se han referido tantos criterios, buenos y no tan buenos, de este hombre que podría hasta aventurarse que ya está sobre él, prácticamente todo dicho.

Desde luego, si es cierto, que ha sido persona a la que el triunfo le ha llegado algún tiempo después de su desaparición de este mundo, cuando se ha ido conociendo con mas sosiego y sin absurdos partidismos su obra en general, pues coincide más o menos sobre el centro de su vida, esa gran tragedia, posiblemente la mayor que puede acontecerle a un pueblo, como fue nuestra guerra civil del  1936 al 39.

No es que con esto quiera significar que no gustara de  las mieles del éxito en vida, puesto que para un hombre del espectáculo como él, mantener algunas obras en cartel con importantes éxitos, hubieron de significar íntimas satisfacciones personales y profesionales.  Pero tengo la percepción, después de lo mucho que he leído sobre su persona, que a Edgar Neville le importaban y preocupaban muy poco acontecimientos, circunstancias,  y hasta particularidades, que  otros mortales entienden como importantes en sus vidas.

Tantas referencias tengo de su biografía, que me parece honesto y respetuoso transcribir para vosotros, las que he considerado más acertadas y ofreceros con ellas una imagen de este personaje, pero mencionando siempre la  procedencia de todas ellas.

Escrita con sencillez y rotundidad casi periodística he de resaltar en primer lugar una,  que considero muy apropiada en cuanto a que nos define entrañablemente, pero con fundamento, sus características personales.  Me refiero a la del Catedrático de Literatura Española de la Facultad de Filosofía y Letras de Alicante, Don Juan Antonio Ríos Carratalá.   Es, de amena y agradable lectura y al terminar tenemos la sensación de conocer de  cerca los más importantes y característicos atributos tanto de la persona como del autor.

Comienza con una cita del propio Edgar Neville, que nos anticipa a grandes rasgos una personalidad:

– “Nos damos la gran vida los que tenemos propensión a ello, los que gastamos todo lo que ganamos no en comprar valores ni en hacer negocios, sino en vivir como queremos”.

Y son tantas y tan acertadas las citas que se hace del personaje que entresacaré algunas que me han parecido las que más y mejor definen su personalidad:

-Edgar Neville había nacido para ser feliz y singular.

– Un remolino de desconcertantes paradojas.

– Mientras tanto, iba engordando y sonriendo, repartiendo muestras de ingenio por los más diversos lugares y ambientes que conoció gracias a su espíritu viajero.

-Elegante, hasta el punto de despertar la admiración e imponer la moda de la combinación del pantalón de franela, color marfil, y la chaqueta cruzada azul marino con botones dorados.

También de algunos de sus condicionantes propios:

-Algunos de quienes le conocieron hablan con admiración de su buena suerte, que según Ramón Gómez de la Serna, parecía “criado con biberón de leche de elefante traída de la India”

En cuanto a sus propias vivencias nos dice:

 -A mediados de los años veinte, realizó un sencillo ejercicio y se incorporó -aunque fuera nominalmente- a la carrera diplomática, sin ni siquiera firmar una toma de posesión que le fue reclamada en repetidas ocasiones.

Otra personalidad procedente esta vez del  periodismo, Manuel Román Fernández, auténtica autoridad en cuanto a lo referente a biografías de autores e intérpretes, publica una extraordinaria semblanza de nuestro personaje con ocasión del 50 aniversario de su fallecimiento con testimonios algo más personales pero muy acertados y oportunos, algunos de los cuales transcribiré para vosotros.

-Su padre le obligó a matricularse en la Facultad de Derecho, donde estudió con poco provecho. Más bien se desvivía por conquistar a una bella actriz, Ana María Custodio, que lo rechazó. Aquel episodio lo llevó a alistarse en la Guerra de Marruecos. A su regreso desarrolló una intensa actividad periodística con colaboraciones de humor en revistas históricas del género, como «Buen Humor» y «Gutiérrez». Para terminar su carrera de Derecho acabó residiendo en Granada, donde en 1922 tuvo lugar un legendario festival de flamenco organizado y presidido por Manuel de Falla, Federico García Lorca e Ignacio Zuloaga, entre otras autoridades. De allí le vino siempre su gran afición por los buenos cantes.

Detalles de sus circunstancias  como que

 -Fue destinado como tercer secretario de la embajada de España en Washington a donde viajó con su esposa y el primero de sus dos hijos.

Así como que:

 -Separado de su mujer, conoce en un tren a una joven estudiante que se preparaba para la carrera diplomática y Edgar Neville se enamoró locamente de ella convirtiéndola en su musa y compañera amorosa de por vida.

También distintos detalles personales:

– Gozaba presenciando una corrida de toros y una buena velada en un «tablao» flamenco. O la tertulia habitual de la Peña Valentín, frecuentada por brillantes intelectuales.

– En Madrid pasó de vivir en un caserón de la Ciudad Universitaria a un confortable piso cercano al estadio Bernabéu.

-Lo curioso es que siendo su compañera Conchita Montes, los dos sin vínculo alguno matrimonial (él hacía años que estaba separado) no habitaban la misma vivienda. El edificio sí, cada uno en distinto piso.

–  Padecía una enfermedad metabólica que ni en los  frecuentes viajes que hacía a clínicas suizas lograron controlársela. Entre otras razones porque el propio paciente se burlaba de las serias recomendaciones de los facultativos. Así, tras una breve temporada en una clínica de adelgazamiento, se presentó una noche en la taberna donde solía reunirse en tertulia con sus amigos, donde su presencia fue motivo de chanzas y algarabía. Creyeron estos comensales que el recién llegado pediría un menú vegetariano o algo parecido. Pero se arrancó pidiendo una abundante ración de pavo. Y cuando el camarero le preguntó qué deseaba de guarnición, él le instó a que fuera de una docena de chuletas de lechal

Desde el punto de vista artístico nos dice de Neville que:

.-Formó parte de un grupo de autores de éxito encabezado por Ramón Gómez de la Serna, y formado entre otros por  Enrique Jardiel Poncela, José López Rubio, Miguel Mihura, Tono, a quienes se les consideró como los componentes de lo que vino a llamarse “la otra generación del 27”

Existe, no se puede negar, en nuestro País una absoluta constante.

Vivimos en España, prácticamente, todos sus autóctonos con un estigma mental superior a nosotros mismos, que indefectiblemente nos domina por encima de cualquier otro,  sin poder  eludirlo, aunque a veces tratemos de disimularlo,  son:  – Las ideas políticas–

Es posible, que alguien piense que esta propia aseveración es exagerada.

Sería feliz, si en verdad pudiera darle la razón.

Pero le advertiría también al dársela, que se mantuviera alerta y con cuidado ya que, entre nosotros, antes y ahora, es muy peligrosa esa posición de equidistancia entre las dos tendencias predominantes. El motivo es perfectamente comprensible. Si eres de un bando, te atacaran despiadadamente, como siempre, pero solo los de la facción opuesta. Pero, mucha atención, si destacas en algo, es igual en lo que sea, y no perteneces a ninguno de los bandos, te van a atacar, y ahora con verdadera ferocidad, desde ambos lados.

Y, ojo, que estos ataques ya no son despiadados, son verdaderamente crueles…

Precisamente esta fue la causa de una de las mayores adversidades de nuestro personaje de hoy, su  neutralidad y equidistancia de ambas facciones enfrentadas en aquella catástrofe y desgracia nacional que fue nuestra guerra civil, que a él le correspondió vivir por su edad, y  también con él a otros muchos, casi absolutamente a todos los que la sufrieron, que  los conmocionó y traumatizó de manera física y sobre todo psicológica.

En aquel curso de verano de El Escorial ya citado, que  monográficamente estuvo dedicado a la figura de Edgar Neville,  y que conocemos gracias a la magnífica crónica que nos hace de él,  Sergio Jiménez Foronda, además de la presencia de esa verdadera autoridad del cine español  anteriormente citada en la persona de Jesús García Dueñas,  intervinieron muchas personas más, y desde luego todas ellas con méritos suficientes como para atraer la atención de aquellos que deseamos escuchar, para poder trasmitir con autenticidad, testimonios referentes al personaje.

Y cuando digo personas con méritos no estoy exagerando en absoluto, ya que todos ellos son auténticas autoridades sobre el tema.

Román Gubern Garriga-Nogues, catedrático emérito de la Universidad Autónoma de Barcelona y miembro de la Real Academia de Bellas Artes y de la Academia de Cine, una de nuestras personalidades más importantes en lo que se refiere a la comunicación audiovisual, materia de la que fue catedrático, y hombre de ideas profundamente de izquierdas ya que perteneció al PSUC, Partido Socialista Unificado de Cataluña, y figura importante de la llamada Gauche Divine (izquierda divina) de la que tanto se habló en la Barcelona de los setenta.

Pues este auténtico erudito en la materia nos habla de Neville y de  sus vinculaciones políticas diciendo:

– Nunca fue un fascista de pura cepa, era un hombre liberal.

Y recreando alguna de sus películas que no fueron demasiado bien acogidas por el franquismo hace el siguiente comentario:

 -No era un ortodoxo del franquismo.

También el recientemente fallecido catedrático de Comunicación Audiovisual de la Facultad de Ciencias de la Información en Madrid Eduardo Rodríguez Merchán aportó sus criterios sobre el personaje que en este caso y con sus notas en mano, expuso el Director del Curso, periodista y versado conocedor, Manuel Hidalgo que afirmó:

 -Neville realizó una pública y convencida adhesión a la Republica al firmar un manifiesto a su favor. Por ello, supuso un cambio radical su participación en la difusión de la Falange.

Y  fue esa,  sin duda, su singularidad, estuvo en los dos bandos y no perteneció a ninguno, pero tampoco ninguno se lo perdonó

Era un hombre sin etiquetas. Un verdadero hombre libre. Lo que por encima de todo ha de ser un artista.

En el franquismo, la censura lo maltrató de manera sistemática pues como apunta Román Gubern:

-Se puede decir que tuvo una situación política inestable, pues por un lado, era un hombre culto que tenía amigos de izquierdas y, por otro lado, no era el típico facha romo y terrible -.

Y lo califica como

-Un Director ilustrado en un cine sin lustre.

Para concluir, lo que se pudo aprender en cuanto al perfil socio-político del personaje, también lo aportó el propio director del curso, Manuel Hidalgo, que expresó un criterio  personal:

-Yo llego a la conclusión de que era un hombre de lo que diríamos hoy de centro-derecha, liberal y republicano.

Y es el mismo Hidalgo, apartando ya  la faceta de sus vinculaciones políticas, nos explica en cuanto a su obra:

 -Su otra gran faceta, la teatral con 16 obras en las que todas ellas estuvo muy presente su característico humor. En las que así mismo llevó el costumbrismo y el casticismo a otro punto.

Intervinieron también en el referido Curso otras personalidades que así mismo enjuiciaron características y  pormenores de la obra de nuestro protagonista.  Así la Profesora Burguera, a la que el director presentó como la persona que más sabe sobre Neville apuntó:

 -Después de nuestra guerra civil el humor se despersonalizó atendiendo a los fenómenos antes que a los tipos y se hizo intelectual.

Otra intervención importante  de aquella memorable ocasión de El Escorial fue la de Fernando Rodríguez Lafuente el eminente filólogo madrileño, profesor de Teoría de la Literatura y Crítica literaria, que se autodenomina “admirador nato” de Neville y al que se presentó en el Curso, como persona muy cercana a él, ya que escribió el prólogo de uno de sus libros “Mi España particular”, que en realidad consistía en una de esas ocurrencias de nuestro admirado Neville. Una guía de viajes por España realizando en ella la imagen de diversas ciudades con su oferta de hoteles y restaurantes, así como de sus costumbres y tradiciones.

Y que hace las siguientes afirmaciones:

-“Neville no era un militante de nada que no fuera la alegría del buen vivir”.

Siguiendo con los intervinientes en la sesión dedicada a Neville en El Escorial, intervino así mismo el filólogo valenciano, Andrés Amorós, Catedrático de Literatura y Premio Nacional de Ensayo y que tanto nos deleita a los aficionados a la música, todos los domingos, con su programa en EsRadio de  “Música y Letra”.

Definido el personaje como – Hombre de Teatro –  repaso sus obras y se expresó en estos términos:

-Neville hace un teatro muy literario que conduce exclusivamente no a la carcajada si no a la sonrisa con su humor inglés.

– Y terminó definiéndolo como – una alegría con gotas de tibia melancolía -.

-Cuenta por otra parte,  María  Isabel Vigiola Blanco persona muy cercana a él,  ya  que fue su secretaria durante más de veinte años, que en cierta ocasión le censuraron un artículo y le impusieron una multa con 25.000 pesetas de entonces y dos años de no poder publicar…

La frase en cuestión que lo condenaba era…

Y Dios, que en el fondo es bueno…

Ella efectivamente, como su secretaria permaneció tanto tiempo cerca del  personaje como para conocerlo bien, y nos lo describe:

 -Juerguista, irónico, vivaracho, pulcro, soñador, profundamente romántico, infantil… Pero también caprichoso, niño mimado y amante de las «maldades», que ella registraba puntillosamente en los diarios.

Y nos menciona  incluso, alguna de sus características personales

 -Leche como bebida ideal para comer, uno de sus mayores placeres. Pero Vigiola desmonta uno tras otro de los muchos tópicos sobre Neville. Nunca bebió whisky, porque era abstemio. Aunque era glotón.

Una persona conocedora también a fondo de nuestro personaje de hoy, es  Santiago Aguilar Alvear, director y guionista español, otro conocido hombre de cine, que junto con Luis Guridi y Raúl Barbé montaron un experimento cinematográfico llamado “La cuadrilla” que a finales de los años 50 incluso consiguió un GOYA a la mejor dirección novel, y también experto en el cine de Neville del que incluso es autor de un libro titulado: Tres sainetes criminales, que nos  perfila detalles del personaje y su obra:

-Es durante su estancia en Hollywood cuando encuentra que los grandes estudios, al no existir todavía el doblaje se han convertido en verdaderas factorías de películas de éxito para la exportación y por intercesión de Chaplin del que se hace gran amigo trabaja para la Metro-Goldwyn-Mayer como adaptador y supervisa la versión española de “El presidio” en 1930.

Es una persona singular.  Nos dice Don Inocencio Arias Llamas, Diplomático desde el año 1967,  y que ha ocupado puestos muy importantes en su carrera y es conocedor de ella y de sus complicaciones, ahora jubilado, nos ofrece información muy valiosa sobre el también diplomático Neville:

 -Edgardo de Neville Romrée, Conde de Berlanga de Duero, ingresó en la Carrera diplomática el 29 de junio de 1924 con el número 34.

-Fue un brillante, ingenioso y polifacético intelectual y, por lo tanto, desde muchos puntos de vista, un lujo para la Carrera.

-“La singularidad de nuestro escritor es que fue un diplomático de los “madriles”, es decir que se esforzó en pasar toda su vida profesional en la villa y corte huyendo así sistemáticamente de los destinos en el extranjero”.

– El hecho es que Don Edgardo Neville sólo hizo tres puestos en el exterior y enormemente fugaces. Seis meses en Uxda (Marruecos) dos meses en Londres, al inicio de la Guerra Civil y diez y siete meses en Washington en los que pudo trasladarse a Los Angeles y trabajar allí.

Como final veamos lo que el propio interesado declara de su persona en un artículo que envía a ABC y que haciendo gala de su sentido del humor lo titula: – Apuntes para mi necrología –

Conocía su grave estado de salud y había tenido, como nos relata, varias contingencias de salud muy serias

-Raro es en estos últimos años que no corra la noticia de mi fallecimiento por todo el ámbito nacional y, a veces, hasta en el extranjero. La verdad es que he tenido varios encuentros con la muerte, y ha habido conversaciones preliminares entre ella y yo, pero luego, al final, no nos poníamos de acuerdo y cada uno tiraba por su lado.

Bien.

Hasta aquí nos hemos aproximado al personaje gracias a los criterios de personalidades que lo conocieron o que han estudiado profundamente su figura,  al cineasta, al autor teatral, a su trayectoria artística, a su forma de entender la vida, a sus vinculaciones políticas o no,  algo a su vida personal,  a sus amigos, a su profesionalidad como diplomático, incluso a sus desordenes alimenticios, no puede ser más detallada la imagen.

Podría ser, que lo único que piense el lector que pueda  faltar  es la opinión de quien a esta persona ha querido aproximaros, como siempre, para tratar de conseguir que su memoria permanezca un poco más entre nosotros.

Pues aquí está:

Damos siempre,  posiblemente sin pensarlo,  mayor trascendencia y con ello más relieve y categoría  a las capacidades y aptitudes humanas que  vienen concedidas por la naturaleza,  sin ninguna intervención por nuestra parte, es decir, de  nacimiento.

Sin embargo, sería de razón admirar, y ponderar más, aquellas competencias del ser humano que se han conformado individualmente en función de nuestra racionalidad, es decir con nuestra propia intervención. No las genéticas sino las  adquiridas.

Una de estas últimas  tan personales y propias, es sin duda lo que conforma nuestro carácter  y posiblemente su imagen más característica sea, el llamado  – sentido del humor.-

Esta importante  persona a la que nos hemos referido,  además de inteligencia, imaginación y entendimiento, que podían ser capacidades conseguidas desde su carga genética heredada,  fue en su vida capaz de adquirir esa otra  tan importante, que es el humor, la gracia y hasta podríamos llamarla, el talante.

Posiblemente,  sí,  por el ambiente y las circunstancias que le fueron concedidas, pero de todas formas, admitamos que supo  individualmente aprovecharlas, y conseguir con ellas una vida agradable en lo personal y fecunda en lo profesional, con lo que le permitió dejarnos una obra importante, reflejo  exclusivo de su   “buen humor”.

Agradezcámoselo con un recuerdo,  cada uno desde su mundo y cada cual a su manera.

Aunque desde luego, los que deseen encomendarlo al Santo de su nombre lo tengan bastante difícil,  pero de verdad, considero que en general, todos podríamos al dirigirnos a él, diciéndole

                                    – Gracias Edgar –

 

 

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